Conclusión
En conclusión, los ecosistemas agrícolas de El Salvador desempeñan un papel fundamental en la seguridad alimentaria, la economía, la cultura y el medio ambiente del país. Son la base de la alimentación de la población, generan empleo, preservan tradiciones ancestrales y contribuyen a la conservación de los recursos naturales. Además, estos ecosistemas son clave para el desarrollo rural, la adaptación al cambio climático y la sostenibilidad a largo plazo. Es imperativo valorar y proteger estos ecosistemas para garantizar el bienestar de las comunidades salvadoreñas y el equilibrio del entorno natural en el país.